FRANCISCO GARZÓN CÉSPEDES (Cuba/España)
Monólogo teatral dramático también titulado
“El desnudamiento”.
Editado originalmente en el libro
“Una historia improbable y otros textos”
Editorial Ciudad Gótica. Colección de La Abadía.
Argentina, 2006.
ÚLTIMOS EJEMPLARES DISPONIBLES.
CIINOE. ciinoe@hotmail.com
Si les voy a decir, pues les digo. Les digo cómo las películas norteamericanas me destrozaron la vida.
¿Recuerdan "La colina del adiós"?
Recuerdan aquella película de los años cincuenta también llamada "Angustia de un querer". Aquella película, titulada originalmente, nada más y nada menos que, "Love is many splendor thing".
Recuerdan que en aquella película en cinemascope y technicolor, después de que el corresponsal de guerra ha muerto en la contienda, ella, al recibir la noticia, sube por la colina, hasta la cima donde siempre se encontraban, y cree verlo venir, transparente él, verlo venir hacia sus manos?
¿Recuerdan "Mañana lloraré"?
¿Recuerdan cómo en "Mañana lloraré" los dos exalcohólicos se enamoran, y a ella, que ha sido una cantante famosa, no le importa el defecto físico, la cojera visible en él cuando camina?
¿Recuerdan "Tú y yo"?
¿Recuerdan cómo en "Tú y yo", o en su remake "Algo para recordar", él la reencuentra a ella inválida, porque un tiempo atrás, cuando habían acordado reunirse en el Empire State, ella, en su apresuramiento por hallarlo, fue atropellada? ¿Y recuerdan que a él no lo frena la invalidez de ella, y la ama tanto o más que antes, y se queda a su lado?
¿Recuerdan "Fiesta"?
¿Recuerdan cómo en "Fiesta", en aquella película también titulada "Y ahora brilla el sol", después de huir uno del otro, ellos se citan para proseguir un mismo camino, y a ella ya ni siquiera la detiene que él, por las heridas de la guerra, esté sexualmente impotente?
Pero no vayamos tan lejos en el tiempo.
¿Recuerdan, hace no tantos años, cómo en "Corazón de cristal" él, gravemente enfermo y sin defensas ante el medio ambiente, rompe las paredes de su cámara de aislamiento inmunológico, y elige la muerte probable para tener la dicha de tocarla a ella?
¿Recuerdan?
Las películas norteamericanas me convencieron de que el verdadero amor puede con todo.
Y me destrozaron la vida, porque parece no ser cierto.
Ese amor parece no existir más que en la pantalla.
Y yo no me resigno a que no exista, no acepto que no exista, no cedo, no dejo de buscarlo, y ven, ven, estoy muy solo(a).
Y hablo. Y hablo. Y hablo.
Si les voy a decir, pues les digo. Les digo cómo las películas norteamericanas me destrozaron la vida.
¿Recuerdan "La colina del adiós"?
Recuerdan aquella película de los años cincuenta también llamada "Angustia de un querer". Aquella película, titulada originalmente, nada más y nada menos que, "Love is many splendor thing".
Recuerdan que en aquella película en cinemascope y technicolor, después de que el corresponsal de guerra ha muerto en la contienda, ella, al recibir la noticia, sube por la colina, hasta la cima donde siempre se encontraban, y cree verlo venir, transparente él, verlo venir hacia sus manos?
¿Recuerdan "Mañana lloraré"?
¿Recuerdan cómo en "Mañana lloraré" los dos exalcohólicos se enamoran, y a ella, que ha sido una cantante famosa, no le importa el defecto físico, la cojera visible en él cuando camina?
¿Recuerdan "Tú y yo"?
¿Recuerdan cómo en "Tú y yo", o en su remake "Algo para recordar", él la reencuentra a ella inválida, porque un tiempo atrás, cuando habían acordado reunirse en el Empire State, ella, en su apresuramiento por hallarlo, fue atropellada? ¿Y recuerdan que a él no lo frena la invalidez de ella, y la ama tanto o más que antes, y se queda a su lado?
¿Recuerdan "Fiesta"?
¿Recuerdan cómo en "Fiesta", en aquella película también titulada "Y ahora brilla el sol", después de huir uno del otro, ellos se citan para proseguir un mismo camino, y a ella ya ni siquiera la detiene que él, por las heridas de la guerra, esté sexualmente impotente?
Pero no vayamos tan lejos en el tiempo.
¿Recuerdan, hace no tantos años, cómo en "Corazón de cristal" él, gravemente enfermo y sin defensas ante el medio ambiente, rompe las paredes de su cámara de aislamiento inmunológico, y elige la muerte probable para tener la dicha de tocarla a ella?
¿Recuerdan?
Las películas norteamericanas me convencieron de que el verdadero amor puede con todo.
Y me destrozaron la vida, porque parece no ser cierto.
Ese amor parece no existir más que en la pantalla.
Y yo no me resigno a que no exista, no acepto que no exista, no cedo, no dejo de buscarlo, y ven, ven, estoy muy solo(a).
Y hablo. Y hablo. Y hablo.
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