FRANCISCO GARZÓN CÉSPEDES (Cuba/España)
Aplicación del Sistema Modular de Creación
Aplicación del Sistema Modular de Creación
de este escritor.
Cuentos hiperbreves modulares inéditos.
Publicados como Trilogía del Deseo.
Colección Gaviotas de Azogue 25. Noviembre, 2007.
CIINOE. ciinoe@hotmail.com
Se autoriza la difusión sin fines comerciales por cualquier medio.
ELLA CAE SOBRE LA LLUVIA
Y ÉL PERMANECE IMPASIBLE
Ella siente la lluvia como un diluvio de alfileres. La lluvia no cae sobre ella. Es ella quien, cuando salta hacia arriba, cae sobre la lluvia. Querría saltar hacia delante, hacia él que permanece impasible. Ella ha decidido fingir que es irreflexiva, superficial, extrovertida como en cada ocasión en que coinciden. Decidido estar desbordada, jubilosa. Él permanece impasible resguardado de la lluvia. Y ella se jura que él no percibirá cuánto lo desea. Y salta en el sitio. Empapada golpea la lluvia como un raíl de punta que busca diluirse.
ÉL CAE SOBRE LA LLUVIA
Y ELLA PERMANECE IMPASIBLE
El siente la lluvia como un diluvio de alfileres. La lluvia no cae sobre él. Es él quien, cuando salta hacia arriba, cae sobre la lluvia. Querría saltar hacia delante, hacia ella que permanece impasible. Él ha decidido fingir que es irreflexivo, superficial, extrovertido como en cada ocasión en que coinciden. Decidido estar desbordado, jubiloso. Ella permanece impasible resguardada de la lluvia. Y él se jura que ella no percibirá cuánto la desea. Y salta en el sitio. Empapado golpea la lluvia como un raíl de punta que busca diluirse.
ELLA LO OBSERVA
Y ÉL SACA PECHO
Ella lo observa desde una cierta distancia. Él levanta la cabeza, endereza la espalda, saca el pecho. Y finge no percibirla. Ella piensa: “Un cuerpo del deseo que no es hermoso. Que sólo es el cuerpo del deseo. Ni armónico. Ni radiante. Sólo el no apresado, inexplorado, intocado cuerpo del deseo.” Ella se ve acercándose, pidiéndole una cerilla, rozándolo. Y piensa que el contacto físico puede no significar demasiado si es secreto. Robado al cuerpo del deseo. Al fugaz cuerpo del deseo.” Y ella escupe para no ir hasta él y tocarlo. Escupe delante de todos.
ÉL LA OBSERVA
Y ELLA SACA PECHO
Él la observa desde una cierta distancia. Ella levanta la cabeza, endereza la espalda, saca el pecho. Y finge no percibirlo. Él piensa: “Un cuerpo del deseo que no es hermoso. Que sólo es el cuerpo del deseo. Ni armónico. Ni radiante. Sólo el no apresado, inexplorado, intocado cuerpo del deseo.” Él se ve acercándose, pidiéndole una cerilla, rozándola. Y piensa que el contacto físico puede no significar demasiado si es secreto. Robado al cuerpo del deseo. Al fugaz cuerpo del deseo.” Y él escupe para no ir hasta ella y tocarla. Escupe delante de todos.
ÉL MUERDE COMO ESCORPIÓN
Y ELLA NO LO MIRA
"El deseo es un escorpión”, piensa él introduciendo un dedo en el café caliente para disolver el azúcar. Ella entra como si él no estuviera. Nunca se saludan. Él la desea cada vez. La forma en que ella lo ignora es insultante. Pareciera condenado a fingir que ella no existe. Él se levanta, muerde como escorpión sobre sí, y deshaciendo la mordida le dice eligiendo las palabras: “Deseo tener sexo contigo”. Y ella responde: “Sí.” Y él no puede traducir: “Sí, lo sé.” O: “Sí, vamos.” O: “Sí. ¿Y qué?” Él no lo puede traducir porque ella no lo mira.
ELLA MUERDE COMO ESCORPIÓN
Y ÉL NO LA MIRA
“El deseo es un escorpión”, piensa ella introduciendo un dedo en el café caliente para disolver el azúcar. Él entra como si ella no estuviera. Nunca se saludan. Ella lo desea cada vez. La forma en que él la ignora es insultante. Pareciera condenado a fingir que él no existe. Ella se levanta, muerde como escorpión sobre sí, y deshaciendo la mordida le dice eligiendo las palabras: “Deseo tener sexo contigo”. Y él responde: “Sí.” Y ella no puede traducir: “Sí, lo sé.” O: “Sí, vamos.” O: “Sí. ¿Y qué?” Ella no lo puede traducir porque él no la mira.
Publicados como Trilogía del Deseo.
Colección Gaviotas de Azogue 25. Noviembre, 2007.
CIINOE. ciinoe@hotmail.com
Se autoriza la difusión sin fines comerciales por cualquier medio.
ELLA CAE SOBRE LA LLUVIA
Y ÉL PERMANECE IMPASIBLE
Ella siente la lluvia como un diluvio de alfileres. La lluvia no cae sobre ella. Es ella quien, cuando salta hacia arriba, cae sobre la lluvia. Querría saltar hacia delante, hacia él que permanece impasible. Ella ha decidido fingir que es irreflexiva, superficial, extrovertida como en cada ocasión en que coinciden. Decidido estar desbordada, jubilosa. Él permanece impasible resguardado de la lluvia. Y ella se jura que él no percibirá cuánto lo desea. Y salta en el sitio. Empapada golpea la lluvia como un raíl de punta que busca diluirse.
ÉL CAE SOBRE LA LLUVIA
Y ELLA PERMANECE IMPASIBLE
El siente la lluvia como un diluvio de alfileres. La lluvia no cae sobre él. Es él quien, cuando salta hacia arriba, cae sobre la lluvia. Querría saltar hacia delante, hacia ella que permanece impasible. Él ha decidido fingir que es irreflexivo, superficial, extrovertido como en cada ocasión en que coinciden. Decidido estar desbordado, jubiloso. Ella permanece impasible resguardada de la lluvia. Y él se jura que ella no percibirá cuánto la desea. Y salta en el sitio. Empapado golpea la lluvia como un raíl de punta que busca diluirse.
ELLA LO OBSERVA
Y ÉL SACA PECHO
Ella lo observa desde una cierta distancia. Él levanta la cabeza, endereza la espalda, saca el pecho. Y finge no percibirla. Ella piensa: “Un cuerpo del deseo que no es hermoso. Que sólo es el cuerpo del deseo. Ni armónico. Ni radiante. Sólo el no apresado, inexplorado, intocado cuerpo del deseo.” Ella se ve acercándose, pidiéndole una cerilla, rozándolo. Y piensa que el contacto físico puede no significar demasiado si es secreto. Robado al cuerpo del deseo. Al fugaz cuerpo del deseo.” Y ella escupe para no ir hasta él y tocarlo. Escupe delante de todos.
ÉL LA OBSERVA
Y ELLA SACA PECHO
Él la observa desde una cierta distancia. Ella levanta la cabeza, endereza la espalda, saca el pecho. Y finge no percibirlo. Él piensa: “Un cuerpo del deseo que no es hermoso. Que sólo es el cuerpo del deseo. Ni armónico. Ni radiante. Sólo el no apresado, inexplorado, intocado cuerpo del deseo.” Él se ve acercándose, pidiéndole una cerilla, rozándola. Y piensa que el contacto físico puede no significar demasiado si es secreto. Robado al cuerpo del deseo. Al fugaz cuerpo del deseo.” Y él escupe para no ir hasta ella y tocarla. Escupe delante de todos.
ÉL MUERDE COMO ESCORPIÓN
Y ELLA NO LO MIRA
"El deseo es un escorpión”, piensa él introduciendo un dedo en el café caliente para disolver el azúcar. Ella entra como si él no estuviera. Nunca se saludan. Él la desea cada vez. La forma en que ella lo ignora es insultante. Pareciera condenado a fingir que ella no existe. Él se levanta, muerde como escorpión sobre sí, y deshaciendo la mordida le dice eligiendo las palabras: “Deseo tener sexo contigo”. Y ella responde: “Sí.” Y él no puede traducir: “Sí, lo sé.” O: “Sí, vamos.” O: “Sí. ¿Y qué?” Él no lo puede traducir porque ella no lo mira.
ELLA MUERDE COMO ESCORPIÓN
Y ÉL NO LA MIRA
“El deseo es un escorpión”, piensa ella introduciendo un dedo en el café caliente para disolver el azúcar. Él entra como si ella no estuviera. Nunca se saludan. Ella lo desea cada vez. La forma en que él la ignora es insultante. Pareciera condenado a fingir que él no existe. Ella se levanta, muerde como escorpión sobre sí, y deshaciendo la mordida le dice eligiendo las palabras: “Deseo tener sexo contigo”. Y él responde: “Sí.” Y ella no puede traducir: “Sí, lo sé.” O: “Sí, vamos.” O: “Sí. ¿Y qué?” Ella no lo puede traducir porque él no la mira.
.
.
.