sábado, 26 de enero de 2008

TEORÍA/ENSAYO: HIPERBREVEDAD NARRATIVA, DEL CUENTO AL GÉNERO DE LA FUGACIDAD O DEL CUENTO FUGAZ.

FRANCISCO GARZÓN CÉSPEDES (Cuba/España)
Fragmentos del ensayo sobre Teoría y técnica del cuento
y del cuento hiperbreve, notas y conceptos:
Del cuento al género del cuento relámpago.
Editado por Liceus. El Portal de las Humanidades.
Madrid, España, 2006.
Ensayo muy difundido por este autor desde sus conferencias
y clases magistrales sobre el cuento oral y el cuento
cómo género impartidas en Congresos Internacionales
y Nacionales de Literatura y Literatura para Niños y Jóvenes
en Costa Rica (1994), Uruguay (1995), España (1996),
Costa Rica (1997), en Encuentros Teóricos Iberoamericanos
e Internacionales de Narración Oral Escénica
y Oralidad Artística (México, Capilla Alfonsina,
Instituto Nacional de Literatura / INBA del Consejo Nacional
para la Cultura y las Artes / CNCA, 1995, 1998),
y entregado desde el 2000 a los participantes
de las convocatorias de su Taller de Escritura Creativa:
“Taller del Cuento Hiperbreve / La Aventura de la Síntesis
/ De una a cincuenta palabras”. El primero en el mundo,
documentado y que se conozca, sobre este género.
CIINOE. ciinoe@hotmail.com
Se autoriza la difusión sin fines comerciales por cualquier medio.
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Un cuento relámpago podría no pertenecer al género estructural denominado cuento. Podría ser un género en sí, el de la vertiginosidad, el del relámpago, el de la fugacidad, una que es a la vez unidad y sistema.


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Hay acuerdo en que: El cuento como género es acción.

Cuidado advierto: No acción que se representa como en el teatro, sino acción que se expresa, acción poderosa en su verosimilitud argumental, en su recreación de la realidad desde cualidades imaginativas, (acción aunque cuando el cuento es contado oralmente se constituye en evocación y sugerencia, es decir, se constituye en acción que se evoca, en acción que se sugiere, se comunica y se comparte con un interlocutor convertido en cocreador en el “aquí” y en el “ahora” de la interacción).

Por igual también hay acuerdo en que: Donde la novela puede describir extensamente, el cuento tiene que integrar las descripciones al argumento y garantizar su concisión. Donde la novela puede incluir diálogos extensos e incluso permitirse delinear a los personajes desde sus diálogos, el cuento utiliza el diálogo como un recurso de excepción y lo subordina al desarrollo del argumento. Donde la novela puede abordar el tiempo con todo el tiempo, sin límites en su duración o extensión, el cuento tendrá fronteras temporales de duración o fronteras de extensión para lo escrito, al abordar el tiempo. Donde la novela puede permitirse priorizar al personaje o personajes sobre la acción, el cuento enmarcará al personaje o personajes, enmarcará a la presencia y desarrollo del personaje o personajes, dentro de las necesidades del argumento.

Escribir un cuento tiene que ver o suele tener que ver con: un tema, un argumento, una estructura (generalmente comienzo, nudo o conflicto, clímax y desenlace; o planteamiento, desarrollo y desenlace; también llamados: principio, medio y final).

Y el cuento también tiene que ver o suele tener que ver con: un personaje o personajes, diálogos, tiempo, descripciones, espacio, ambiente o impresión, ritmo, duración (en la oralidad: tiempo físico al decir el cuento) o extensión (de lo escrito, en la literatura).

Si inventar o escribir un cuento es complejo, inventar o escribir un cuento brevísimo o hiperbreve es muy complejo, porque, en lo que al cuento se refiere, a mayor brevedad, mayores dificultades, mayor complejidad del proceso creador.

Los denominados cuentos hiperbreves inventan una historia dentro de límites de concisión extrema, o la inventan fragmentariamente por la vía de entregar desde la concreción, y desde la sugerencia y la invitación implícita a continuarla, el germen o esbozo de una historia de desarrollo infinito.

Los hiperbreves pueden o no cumplir con la estructura ideal de los cuentos: Ésa de comienzo, nudo o conflicto, clímax y desenlace. Y pueden o no cumplir con otros requerimientos del género cuento.

Y es que la existencia de los brevísimos que narran no puede estar condicionada por las fronteras, por la estructura, o estructuras, de un género. Porque como toda obra de arte, los brevísimos que narran no existen para ser clasificados, sino que puede intentarse clasificarlos porque existen. Esto sin olvidar la existencia de la palabra “inclasificable”.

No obstante lo dicho sobre la creación como acto de libertad, un hiperbreve que narra no es una definición o un concepto, es una trama, como ya señalé antes expresa algo ocurrido o que ocurre u ocurrirá. Y, si no es toda una sucesión de sucesos, si es cuando menos un suceso o el germen de un suceso.

No olvidar que los cuentos tuvieron su origen en las conversaciones interpersonales. No olvidar que los cuentos surgieron de inicio dentro de las conversaciones como una apertura hacia fórmulas, anecdóticas o no, de mayor interés, con mayor capacidad para atraer la atención del interlocutor o interlocutores, incentivarla por medio de la expectación, mantenerla y hacerla crecer.

No olvidar que los cuentos tienen como cuerpo esencial de su eje único a los sucesos. Y que un suceso es la menor unidad de acción de una historia.

No olvidar que son los sucesos los que conforman el cuento, y son los sucesos con lo que, esa unidad que es el cuento, avanza progresiva y centradamente hacia el clímax o suceso más alto o más impactante o más intenso.

¿De qué se trata cuando hablamos de un hiperbreve que narra?
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Se trata de una “metáfora”; se trata de una abstracción intuitiva en forma de trama.
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Cuando menos: principio y fin.
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Y, por tanto afirmo, si en sí mismo un hiperbreve que narra únicamente es principio, o principio y fin, entonces es principio hasta el infinito, o es principio, fin y principio más allá de lo infinito.
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Y afirmo: Un hiperbreve que narra lo es sobre todo cuando desde su mínima extensión oral o literaria, desde su suceso o sucesos, es el detonante de evocaciones y asociaciones inconmensurables (mientras menos tenga el oyente o lector posiblemente más podrá suponer o imaginar).
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Y ésta es la diferencia esencial en mi criterio de lo que se ha denominado un cuento brevísimo o hiperbreve tanto con el cuento como género, como con el cuento breve (en mi criterio media página, una página, dos páginas, esto si soy yo quien clasifica, es personal) como unidad estética.
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Desde mi óptica, un hiperbreve que narra es a la par, como obra de arte, una unidad indivisible y perfecta, y, contradictoriamente, es también un sistema. Un sistema capaz de permitir la creación de nuevos sistemas. Un sistema tan capaz de provocar disímiles interpretaciones y desciframientos, como de incitar a la creación, es decir, como capaz de permitir el ser modulado para servir como punto de origen para la creación de nuevas unidades narradoras o narrativas indivisibles y perfectas.
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Pero de lo que podría tratarse entonces, si aceptáramos que ésta de las evocaciones y asociaciones inconmensurables es la diferencia esencial entre el brevísimo y el cuento breve, que ésta es más la diferencia que la de la extrema brevedad de los brevísimos; de lo que podría tratarse entonces, he estado concluyendo, sería quizás de que eso llamado cuento brevísimo o muy breve, no es lo mismo que eso que podría yo denominar cuento instantáneo o relámpago, y que mientras unos se atienen en formato pequeño a las características básicas del género cuento, otros podrían no pertenecer a ese género estructural, sino ser un género en sí.
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Ser el género de la vertiginosidad o fugacidad narradora o narrativa, el de la trama vertiginosa, fugaz o casi fugaz, o súbita, o instantánea, o relámpago, tanto más ceñida a un género propio (éste género “relámpago”) cuando menos ceñida a los parámetros del género cuento, y cuanto más trama abierta.

Mientras transcurre el tiempo de investigar más y de decidir si, en atención no sólo a su estructura, sino en mucho a sus propuestas e intenciones; de decidir si se trata de dos géneros, o de un solo género y sus libertades y resultados inclasificables, continuaré denominando por igual a unos y a otros tanto cuando diga ”cuentos brevísimos” o “muy breves” o “hiperbreves” como cuando diga “cuentos instantáneos” o “cuentos relámpagos”, o, por qué no, como también los he denominado al escribir otra colección: “cuentos precipitados”.

Como cualquier otra fórmula narradora o narrativa, y atendiendo no al género como estructura, sino al tratamiento del género argumental, atendiendo a una clasificación, muy aceptada, según el modo de desarrollo del argumento o la acción, un cuento fugaz puede inscribirse en una u otra de las dos categorías de intención, y ser: dramático o humorístico.
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¿Dónde nació el cuento hiperbreve?

Como el cuento mismo, el cuento hiperbreve nació en el único vientre donde podía nacer, dentro de las conversaciones interpersonales. Allí seguramente provocó desde su fugacidad precipitada, desde su instantaneidad relampagueante, y en cada una de las ocasiones: sorpresa, deslumbramiento, estremecimiento, sensaciones, goce; y después también seguramente condujo al análisis, al conocimiento y a la iluminación.



FRANCISCO GARZÓN CÉSPEDES (Cuba/España, 1947, ciinoe@hotmail.com), es escritor, periodista, comunicólogo, director escénico, profesor, teórico de la oralidad y artista oral, vive en Madrid y en el mundo. Desde los sesenta son publicados sus textos brevísimos, primero de poesía experimental y, desde los setenta, de narrativa. Desde esos años su obra literario gráfica ha sido expuesta en galerías profesionales, e incluida en libros y revistas de arte de: Bélgica, Cuba, España, Francia, México, Uruguay, Venezuela, Yugoslavia, entre otros. Es uno de los escritores que más ha trabajado el texto hiperbreve: ha escrito cientos, más de quinientos, reunidos en muy diversas colecciones. Y han sido impresos muchos de ellos en libros y antologados. En el 2002 publicó, primero como carpeta y de inmediato como libro de arte, la primera colección de cuentos de una palabra que se conozca: “La burbuja de la síntesis” y la primera de textos narrativos de una letra (la acción en el verbo del título) “Cuentos de una letra”, ya en las Bibliotecas Nacionales y otras de varios países. Ha trabajado además otros géneros de la hiperbrevedad: un alfabeto literario visual, las definiciones, las sorpresas… De sus treinta y dos libros editados en países de tres continentes se han vendido más de medio millón de ejemplares. Desde el año 2000 creó en Madrid el primer Taller de Escritura Creativa del Cuento Hiperbreve especializado en los textos de entre una letra y cincuenta palabras. Entre otros premios, condecoraciones y reconocimientos es Premio Iberomericano Ollantay. Dirige la Cátedra Iberoamericana Itinerante de Narración Oral Escénica y eventos internacionales de este arte en cinco países, del Palacio de Bellas Artes de México al Teatro Nacional “Cervantes” de Argentina, del Centro Cultural de la Villa a la Universidad Complutense de Madrid. En este 2006 han sido editados dos libros suyos en Argentina y tiene varios inéditos. Julio Cortázar dijo de Garzón Céspedes: “entrega el prodigio de cada una de las palabras”. (Ficha publicada por Liceus en el 2006, actualizada hasta el otoño de ese año).
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