lunes, 28 de enero de 2008

FRAGMENTOS DEL ENSAYO: DIFERENCIAS ENTRE EL NARRADOR ORAL ESCÉNICO O CONVERSADOR ESCÉNICO Y EL COMEDIANTE DEL CLUB DE LA COMEDIA

FRANCISCO GARZÓN CÉSPEDES (Cuba/España)
Fragmentos del texto inédito mucho más extenso
Diferencias entre el narrador oral escénico
o el conversador escénico y el comediante
del Club de la Comedia ("stand up comedy")
que se encuentra en libro de próxima edición.
comunicorart@gmail.com
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Este fragmento no tiene existencia independiente. Se incluye en este espacio para llamar la atención hacia el ensayo Diferencias entre... y hacia el libro que lo contiene Oralidad Escénica. La comprensión de este fragmento requiere del conocimiento de la totalidad del ensayo que contiene las claves imprescindibles, las definiciones, los contextos, y que establece los puntos de partida y, justo, las diferencias específicas entre estos dos profesionales, uno de lo oral escénico y otro de lo escénico.
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Delimitar antes de proseguir que el análisis y las conclusiones de este texto en cuanto a las diferencias, están realizados a partir de la figura del narrador oral escénico y/o conversador escénico español, iberoamericano, y del llamado comediante español del “stand up”.
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Precisar también, que cuando hago referencia a la conversación escénica no estoy nombrando a lo que básicamente hace el comediante del “stand up”, sino que al hablar del arte de la conversación escénica siempre me refiero a la escena comunicadora oral, un hecho cultural proveniente y enmarcado ante todo por lo oral; mientras que, por el contrario, el comediante del “stand up”, responde primordialmente en España (y no siempre es así del todo en los Estados Unidos de Norteamérica) a la escena expresiva y a varias de sus características teatrales.
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Después, para seguir ahondando en este tema, y deteniéndome en la escena expresiva, tendría que precisar que: no es exactamente lo mismo un actor que un comediante del “stand up”.
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Aunque tanto el actor como el comediante del “stand up” utilizan formas escénicas teatrales, el comediante (que, de origen, puede ser un actor en el sentido más estricto, y/o a la vez más amplio, de este vocablo o puede no serlo) suele en España, cuando actúa en tanto que comediante del “stand up”, combinar (o sólo hacer creer que combina) con su base teatral, formas o recursos de oralidad artística, formas o recursos propios de la conversación escénica (aunque en este caso, conceptual y terminológicamente no suele saber qué es lo que está eligiendo).
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Unos recursos conversacionales escénicos que el comediante español del “stand up” al utilizarlos considera específicamente teatrales, pero que, si son en verdad oralidad, si no se trata de que lo oral esté siendo simulado, entonces en esa función no son recursos teatrales sino siempre orales, (aunque el teatro los esté integrando junto a otros en un espectáculo, en ese caso, de integración de las artes; mientras que cuando, como pienso que ocurre habitualmente con el comediante del “stand up”, del Club de la Comedia en España –y mucho con los que primero son actores–, lo oral está siendo simulado, o no es en absoluto determinante, entonces el espectáculo no es de integración, sino que es en específico teatral).
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No olvidar que los recursos conversacionales, aunque el teatro los utilice, no son recursos teatrales sino orales porque el origen de estos recursos se halla sin duda alguna en lo conversacional cotidiano o interpersonal, y no se halla en lo dialogado teatral.
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Y porque este origen oral se inscribe en la negación de la literalidad que tiene la oralidad respecto a cualquier posible fuente; y en la creencia, y, la práctica, de que lo oral no debe ser fijado de antemano (tampoco, por supuesto, cuando se trata de lo oral artístico escénico), sino que partiendo del compromiso y el conocimiento profundos lo oral tiene que estar vivo como interacción (que puede incluso modificar lo esencial de la versión ideal); vivo en el “aquí” y en el “ahora” de la invención y de la reinvención con un público interlocutor, entre otras características que diferencian a la oralidad artística de la escena expresiva.
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Es necesario delimitar, que cuando el comediante español del “stand up” asume por momentos recursos de oralidad artística, dado el contexto teatral del trabajo en el que los asume (y a lo mayoritario que suele ser lo específico de ese contexto teatral en cuanto a la totalidad); el comediante del "stand up" no llega del todo, o no llega en hondura, al improvisar sobre escenario y al interaccionar con el público, a la esencia en continua transformación, adecuación, actualización, e inclusión de la realidad circundante y compartida de la oralidad artística.
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Volviendo al teatro y teatralmente hablando, los actores sólo combinan muy por excepción lo que intrínsecamente les pertenece (es decir, la representación, la caracterización de personajes y los parlamentos teatrales) con formas o recursos de la conversación escénica, y, lo hacen, sobre todo justo en ciertos espectáculos del teatro cómico, del nombrado teatro de variedades o de carpa.
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En esos espectáculos de teatro “popular” o de carpa (y más recientemente en el teatro de calle), los actores pueden asumir esta combinación teatro/conversación escénica desde el personaje, y, por tanto, manteniendo la presencia más delimitada de lo teatral. O los actores pueden asumir dicha combinación desde sí mismos, “congelando” el personaje, y asumiendo formas o recursos de la conversación escénica propiamente dicha (insertando la oralidad artística dentro de un contexto teatral).
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En uno u otro caso pueden hacerlo para comentar los sucesos de la representación y/o para comentar o criticar humorísticamente la realidad circundante o compartida, y mucho en clave de actualidad (como, por cierto, en clave de actualidad habla el comediante del “stand up”).
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En los dos casos, estos en que los actores del teatro popular utilizan formas de la conversación escénica, la presencia de lo teatral no desaparece, dicha presencia es en esos momentos cuando menos: el propósito imperante, y, sin duda, el contexto artístico omnipresente.
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Y por último, antes de poder siquiera comenzar a entrar en materia acerca de las diferencias entre un narrador oral escénico y/o conversador escénico y un comediante español del “stand up”, habría que decir que cualquier comparación sería necesario establecerla primordialmente entre: o de un lado, el narrador oral artístico u oral artístico escénico, y, del otro lado, el actor; o, y esto es lo que nos ocupa, entre, de un lado, el conversador escénico, y, del otro lado, el comediante del “stand up” (que en España, no lo olvidemos, lo es en verdad hasta cierto punto porque “nació” en los noventa insertado casi siempre en un medio televisivo, en una filmación, y muchas veces sigue estando dentro de ésta; o porque allí está el origen y escenario primordial de los “monólogos” luego llevados a los teatros, a los verdaderos y no, como de inicio, al espacio del teatro convertido en estudio televisivo con público asistente televisivo).
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