FRANCISCO GARZÓN CÉSPEDES (Cuba/España)
Cuentos hiperbreves inéditos. Microficciones de metaficción.
TRIBUS DE LA IMAGINACIÓN / UNOS Y OTROS
ESCRITORES DE LA TRIBU.
CIINOE. ciinoe@hotmail.com
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DECLIVE
El único papel en la papelera. “¿Cómo va a vaciarla?” Mientras imagina que la vacía y siente el cansancio de tanto hacerlo, el escritor extrae aquella única hoja llena de tachaduras, la vuelve a estrujar y la dispone dentro de la papelera para que semeje otro papel, uno inédito.
LEVITA, ASCIENDE, CUELGA
La corbata, que ha ido cobrando forma por sí misma al reunir las palabras, cuando el escritor congela el torrente, cercenada, levita. Primero, en su sitio. Y, ya sin tocar el cuerpo, paralela al torso. Hasta que asciende. Y cuelga desde el cerebro.
SI TAN SIQUIERA AQUEL PROPÓSITO
La herradura cuelga de la mecedora. Se balancea como la suerte. Como la muerte. El escritor, hacia delante, hacia detrás, ha colgado cerca de su cabeza la herradura cual un talismán. Pierde energías. Y pierde los recuerdos no escritos. Querría herrarlos. Querría reconvocarlos. Querría conjurar su destierro. Si pudiera anclarlos. Colgar un ancla afuera, adentro. Si tan siquiera aquel propósito no se le olvidara.
El único papel en la papelera. “¿Cómo va a vaciarla?” Mientras imagina que la vacía y siente el cansancio de tanto hacerlo, el escritor extrae aquella única hoja llena de tachaduras, la vuelve a estrujar y la dispone dentro de la papelera para que semeje otro papel, uno inédito.
LEVITA, ASCIENDE, CUELGA
La corbata, que ha ido cobrando forma por sí misma al reunir las palabras, cuando el escritor congela el torrente, cercenada, levita. Primero, en su sitio. Y, ya sin tocar el cuerpo, paralela al torso. Hasta que asciende. Y cuelga desde el cerebro.
SI TAN SIQUIERA AQUEL PROPÓSITO
La herradura cuelga de la mecedora. Se balancea como la suerte. Como la muerte. El escritor, hacia delante, hacia detrás, ha colgado cerca de su cabeza la herradura cual un talismán. Pierde energías. Y pierde los recuerdos no escritos. Querría herrarlos. Querría reconvocarlos. Querría conjurar su destierro. Si pudiera anclarlos. Colgar un ancla afuera, adentro. Si tan siquiera aquel propósito no se le olvidara.
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